Ayer por la tarde se preparo una tormenta de las buenas, en una hora caerian cincuenta o sesenta litros. Parece ser que este ano, aunque estamos en la epoca seca, haya cambiado el calendario y las lluvias no dan tregua.
El cielo se fue poniendo negro y sobre las cuatro y media empezo a llover, hasta entrada la noche. En el Hotel Rand no ha habido luz electrica, pero parece que es lo normal en esta tierra, porque cuando llege me dieron la llave de la habitacion y tres velas pequenas. Las acequias del vertido que van por las aceras se llenaron de agua roja como si fueran rios. Cuando dejo de llover todo el mundo volvio a la calle con la mayor tranquilidad.
Esta manana, Busia tiene otro aspecto, incluso otro olor, porque el agua limpia todas las calles y vertidos y le da a la poblaci’on un aspecto mas pulcro y un color mas rojo todavia.
Desde el hotel he venido andando por los caminos, pero como son arenosos, de arena volcanica apenas hay barro, pero donde se hacen rodadas de los coches y se mezcla la arcilla, son impracticables. Aunque era bien pronto, las siete, las casas de los lados del camino estan llenas de ninos, que cuando paso me saludan en ingles con el clasico @ I are you MUZUNGU@, a lo que hay que contestar por cortesia I’am fine, porque si no lo haces, no paran de decirtelo. Si les contestas se quedan tan contentos, porque es lo unico que saben en ingles.
El lunes me tom’e la medicaci’on, profilasis para la malaria, y al parecer me ha sentado fatal, porque estuve todo el d’ia con nauseas, ganas de vomitar y un nudo en el estomago. He revisado las contraindicaciones del tratamiento y dice que son muy posibles, pero advierte que no hay que dejar el tratamiento porque los efectos secundarios son paja comparados con la enfermedad. O sea, que hay que seguir con las tomas.
Camillo ha venido a ver mi hombro, me ha dado un masaje y cuatro estirones en plan: que te lo arranco, me ha dicho que volvera a la tarde.
Manana regresamos a Kampala, vendran con nosotros las hijas de Jescar y los sobrinos. Caroline se quedara en Kampala y Sylvia se viene con nosotros hasta Lusaka, para continuar viaje hasta Sudafrica, donde va a trabajar de becaria en una Universidad. El viaje le cuesta una semana en autobus, porque el avi’on es muy caro…
Las compras que Jescar hecho en Nairobi, en vez de llevarlas a Lusaka, van a ir para Zaragoza, porque la moneda en Zambia, la cuacha, esta fatal segun Sylvia y no se vende nada.
Esperamos que las malas ganas no son causa de embarazo.
¡Ah! El brazo si se separa del cuerpo tienes que tener hielo, mucho hielo hasta tu regreso.
Bueno zagal espero que te lo pases bien. Saludos de todos y para todos.