Cultivar la paciencia es una de las cosas que se puede aprender en Africa. Porque el tiempo tiene otra dimensión, no se mide por minutos, se mide por largos ratos.
Por ejemplo en el Rand Hotel, todas las noches te pasan un papelito que tienes que rellenar indicando la hora, a la que deseas el desayuno, y su contenido : té, café, fruta, tortilla, etc…
A la hora citada en punto, yo suelo estar esperando sentado en el jardín, pero tengo que llamar al camarero y decirle que quiero el desayuno. Entonces comienzan a prepararlo y al cabo de media hora te lo sirven. Yo les digo que todos los días relleno el papel con la hora en que quiero el desayuno, pero les da exactamente igual, cada día espero lo mismo.
Lo hablo con Jescar, y me dice que lo de la hora, es una referencia y no significa nada, que es un mero formulismo para quedar bien.
En el viaje, uno de los días le pregunté a Jescar que cuando comeríamos y me contestó con un ” luego”. Al cabo de un rato le volví a preguntar que dónde y me dijo que en tal sitio. Miré mi agenda de viaje y vi que faltaban como cuatro o cinco horas para llegar y como ya era casi al medio día le dije: pero, faltan como cuatro o cinco horas para llegar…
Me contestó:
-Mas o menos.
Yo le digo:
-Entonces no es luego, será a la noche.
Me contesta:
-Bueno , luego, a la noche…
Y es que la palabra, luego, en Africa tiene un significado mas polivalente que en Europa.
Luego, a la noche….
Jajjajajjaa…