Archivo de julio de 2009

Vendo pulseras de hueso de vaca!!!…

Martes, 14 de julio de 2009
Las vacas y los niños en el vertedero.

Las vacas y los niños en el vertedero.

La artesanía de hueso es una de las cosas que se ha perdido en nuestro país. Tuvo su época de explendor en el medievo con las taraceas de las escribanías y el mobiliario de lujo, pero ahora son contados los que lo trabajan. En nuestro medio rural, los pastores han conservado timidamente los badajos de hueso de oveja en sus cencerros ancestrales.

Manojo de pulseras de hueso de vaca

Manojo de pulseras de hueso de vaca

En Uganda y otros países pobres,  se sigue trabajando el hueso, porque la mano de obra está tirada de precio y se trabaja para subsistir. De la vaca ugandesa se aprovecha  absolutamentamente todo, como ya conté, desde sus excrementos mezclados con arcilla ( llamado por Carol, cemento de Butangasy) para el suelo y paredes de las chozas, hasta los cuernos.

El hueso  mas utilizado es el fémur de las patas de la vaca. Se cuecen durante unas horas con mucha sal y vinagre para que se quede bien limpio y blanco, sin impurezas.  Luego una vez seco al sol se trocea a rodajas del tamaño que interesa al artesano y cada trozo se vuelve a cortar a tiras. Luego estas tiras de hueso,  que pueden ser, de hasta 20 cm se pulen y se redondean las aristas en una piedra de pulir y para finalizar el proceso se cortan las cuentas del tamaño deseado.

Como el hueso es ligeramente poroso admite tinte, que desapare si  se trabaja la superficie, quedando a la vista el relive que hace el artesano.

Collares de hueso de vaca.

Collares de hueso de vaca.

Una vez lacadas quedan unas pulseras, o collares, que son similares, muy vistosas y tienen además el valor añadido de las cosas que  seguramente, los hijos de nuestros hijos no conocerán.

De cena en el L’Alsace.

Jueves, 9 de julio de 2009

jescar-soko-siguenza-083 Uno de los caprichos que  hay que permitirse en París es ir a cenar  a un buen restaurante.

Nosotros elegimos el Alsace. Este restaurante se encuentra en el 39 de la Avenida de los Campòs Elíseos, bajando desde el Arco del Triunfo, en la acera de la derecha, En los Campos Eliseosun poco mas abajo del Lido, que está al otro lado.

El Alsace es lo que los franceses llaman una “brasseria” con la decoración en color rojo y estilo “Kirch”, entre clásico y anticuado pero con  mucha tradición de intelectuales, pensadores y turistas.

El plato más famoso es la sopa de cebolla gratinada, que está realmente buena y el foi-grass de pato al vino blanco, que hay que ir allí para probarlo.

La cena a la carta puede salir por 50 €, o el doble si pides  una de las especialidades de la casa: una bandeja de marisco para dos. Las bandejas son espectaculares, de unos 60 cm. de diametro, llenas de hielo “piqué” y los mariscos por encima. Los vinos, como estás en Francia, hay que pagarlos y cualquier Burdeos sale por no menos de  24 euros.

Les Halles. París.

Les Halles. París.

En la mesa de nuestro lado habían pedido marisco para cuatro y sacaron una bandeja como la rueda de un carro y cuando Jescar la vio exclamó:

-¡¡¡Aquí, no crisis!!!

En París, con la manta massai.

Miércoles, 8 de julio de 2009
En la Plaza de Notre Dame.

En la Plaza de Notre Dame.

Tantas peripecias para llegar a España, y sortear tantos obstáculos adversos, merecían una pequeña recompensa y para un viajera que se precie como Jescar , pensé que estando tan cerca, no hay nada como caer por París. Los preparativos no fueron fáciles ya que hubo que prolongar la Visa de Turista. La tarea era complicada y tras varias consultas hubo que acudir a las Altas Esferas  ( gracias, “amigo” Javier), para que el viaje fuese posible.

El fin de semana estuvo lloviendo, pero era lo que menos importaba, porque París tiene ese encanto, que es más especial en los primeros días del verano cuando las parisinas,  mientras comen, toman el sol en el Campo de Marte.

La Torre Eifell estaba  a tope de turistas y Jescar enseguida nombró sus collares de papel… pero lo que más gustó a la Namulundu fue  la catedral de Notre Dame.

Estaba lloviendo a mares  cuando llegamos a la Isla  y  toda la gente que se suele congregar por los alrrededores, estaba en el templo, con lo cual había mucha gente. Entramos al mismo y nos sentamos  en los bancos de la  gran nave central. Estuvimos largo rato en silencio, los bancos próximos con turistas de medio mundo, facilmente reconocibles por su aspecto y su vestido.

Con la manta massai en la Torre Eiffel

Con la manta massai en la Torre Eiffel

Las catedrales tienen ese halo mágico que te transportan, sin darte cuenta, a  tiempos pasados, a caballeros con armaduras y emperadores bajo palio.

Jescar, con su manta massai al hombro, miraba las preciosas vidrieras de los laterales del templo y la cubierta central, con su galería gótica y su impresionante altura, con sus ojos negros muy abiertos y  yo, por un momento pensé, que para alguien que ha pasado su niñez en una “nyumba” de barro y paja de dos metros  y medio de altura  era como estar cerca del cielo…

Dimos una vuelta por la girola y en una de las capillas encendimos varias  velas por nuestros seres mas queridos, mientras en la capilla de al lado una negra cantaba gosspell acompañada por la notas  un armonium.

En el “soko” de Sigüenza.

Viernes, 3 de julio de 2009
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En la Plaza de Sigüenza
En la Plaza de Sigüenza
Frente al Ayuntamiento

Frente al Ayuntamiento

No fue fácil conseguir un visado “Schenggen” pero tras varios intentos la visita fue posible. Primero hicimos varios amagos a traves del sistema de la INVITACIÓN para Extranjeros, pero desde aquí advierto, por si a alguien le interesa el tema,  que el sistema actual es una tomadura de pelo, peor, es un sistema para que los extranjeros  de los paises pobres, (los que pueden tener  tentaciones de quedarse en Europa) no  puedan entrar. Cuesta mas de cien euros en la comisaría, además del coste de la legalización de los documentos en las embajadas ( si las hay), porque si no, has de ir al país vecino. En fín, un timo. Porque además, luego te la da (la policia) si quiere.

Lo de las tentaciones es comprensible por una cuestión elemental:

La esperanza de vida en Ruanda, Tanzania o Uganda es menor de 50 años y en Francia o España, por decir, está ya por los 80 años. Por el mero hecho de vivir en el “otro mundo”  y sus circunstancias, léase sanidad, atención primaria etc. te pueden caer treinta apetecibles años de propina.

La Carta de los Derechos Universales del Hombre, esa que firman los paises que entran en la ONU, es papel mojado ya que segun dicha Declaración cualquier persona puede circular y residir en cualquier pais del mundo…

Y efectivamente esto es así, si tienes pasta:

Los europeos podemos ir a Tanzania cuando queramos, incluso a matar  los elefantes que quedan, es cuestión de euros. Pero los tanzanos no pueden venir a Europa ni aunque tú , que me estás leyendo los invites a tu casa.

Artesanía massai.

Artesanía massai.

Colección de lessos

Colección de lessos

Tal como está la situación pueden venir como turistas, con reserva de vuelo de ida y vuelta, seguro de viaje para que no nos jodan el sistema sanitario y pasta para gastar, a razon de 60 euracos diarios, por cada día de estancia en nuestro paraíso. (Recuerdo que un camarero del Hotel Rand, mi amigo Namulundu por ejemplo, gana 30 euros al mes, es decir para venir un mes a España tiene que justificar que tiene para el viaje y presentar en la Embajada el sueldo de  cinco años.) Es como si  un mileurista tuviese que justificar para ir a  Suecia, por ejemplo de luna de miel, que tiene para el viaje  60.000 euros…

Pondríamos el grito en el cielo, diríamos que no hay derecho y no se cuantas cosas más… y la cosa cambiaría.

Pero tratándose de africanos, indios, chinos o bajitos nos parece un buena precaución, porque nos pueden joder el sistema… Y no hay nada más lejos de la realidad: España es  uno de los paises con un índice de crecimiento de la población de los más bajos del mundo. Hacen falta cotizantes para el sistema sanitario y dentro de 20 años seremos un país de viejos, una residencia de ancianos global con los jubilados  de media Europa…

Pero bueno ese es otro tema.

La Namulundu, después de dos viajes a Nairobi a la embajada de España, donde se la quitaron de encima, la mandaron a Kampala a la embajada de Francia, que por acuerdo le han pasado los asuntos de España, ya que nuestro país no tiene embajada en Uganda.

En la Embajada de Francia fueron muy amables pero inflexibles : presentó la documentación bancaria con la pasta mencionada, la reserva del hotel que luego anuló, el certificado de buena chica de Interpol, el seguro de viaje y el billete de retorno y a la semana tenía la VISA de TURISTA para 30 días.

Cargó las maletas con bolsos, collares de papel, pulseras de hueso de vaca, llaveros de cuerno, pulseras massai, batiks,  lessos, la licencia de expotadora y se presentó en  la T-4 de Barajas por la GATE-10.

Cuando le pregunté : ¿Qué tal la aduana? me contestó que la artesanía que cabe en una maleta no paga impuestos… No pregunté más.

Catedral y Casa de la Contaduría.

Catedral y Casa de la Contaduría.

En la porticada plaza medieval, de la calle Mayor de Siguenza,  frente a la Casa General de la Contaduría, el número 14,  la del Cardenal Mendoza, sin ella saberlo, ha tenido su puesto de vendora,  “Jescar Namulundu, artesanía ugandesa, bisutería de hueso”, dice un cartel, hablando con los seguntinos en inglés y aprendiendo el “barato, barato”.